Hoy os dejamos una pequeña historia que se recoge en el libro “El arte de amargarse la vida” de Paul Watzlawick que recomiendo porque, además de ser muy fácil de leer, trasmite con mucho sentido del humor distintas maneras de conseguir complicarnos la vida hasta llegar a amargárnosla.

La historia es la siguiente:

Un hombre daba una palmada cada diez segundos. Uno le pregunta por el motivo de tan extraño proceder. El hombre responde:

–Para espantar los elefantes.

–¿Elefantes? ¿Pero si aquí no hay elefantes?

A lo cual responde el hombre:

–¿Ve usted?

En esta historia Watzlawick nos enseña cómo el no afrontar los problemas, ignorarlos o enfocarlos de modo erróneo, es una forma de que estos perduren.

Por otra parte, ver un problema donde no lo hay, esto es, creándolo nosotros mismos es otra manera de generar dificultades.

La frase que os presentamos en esta entrada sería otra variante con la que conseguiremos, poco a poco, especializarnos en este arte de amargarnos la vida.

 

Preocupaciones

Preocupaciones