¿Habéis puesto en práctica los primeros consejos para educar a un hijo tirano? Pues ahí van otros tantos. Recordad que los encontraréis completos en el libro “Cómo criar hijos tiranos. Manual de antiayuda para padres y adolescentes” de Mark Beyebach y Marga Herrero de Vega. De la editorial Herder.

4. Fomentar las rabietas.

Si de pequeño un niño aprende que una rabieta le sirva para conseguir cambiar una negativa inicial del adulto, poco a poco aprenderá a ir adaptando la forma de sus rabietas, según se haga mayor.

La manera más eficaz de todas la conocemos bien: ceder ante ellas. Pero para nuestro objetivo de criar a un buen tirano es mucho mejor no ceder rápido sino que se recomienda dar tiempo a la rabieta, que el niño esté “histérico”, cuanto más mejor, y entonces ceder.

Si a lo anterior, además añadimos el no prestarle atención cuando se está portando bien, estarás haciendo una doble contribución para que tu hijo se convierta en todo un tirano.

Crea lo que se llama la “profecía autocumplida”, diciéndole al niño lo que NO debe hacer

Otra buena manera de fomentar las rabietas es adelantarse y crear una auténtica “profecía autocumplida”. Esto se consigue diciéndole al niño todo lo que NO debe hacer. Por ejemplo: “ahora vamos a casa de Lucía, pórtate bien, ni se te ocurra subirte en los sillones ni pelearte con María como haces siempre”. Es bueno, darle pistas de aquellos comportamientos que nos ponen nerviosos así las probabilidades de que el niño se porte de la manera que teme el adulto aumenta gracias a sus explicaciones.

5. “Dando ejemplo”. Se un tirano con tu hijo.

No elogies ni alabes nunca los logros de tu hijo, pero sí critica sus fallos. Mantén una actitud fría, cortante e indiferente ante tu hijo o bien todo lo contrario, no dudes en insultarlo, en levantarle la voz al primer fallo, castígalo de manera desproporcionada. Pierde el control y deja que tu frustración y agresividad se desborden por lo más mínimo.

Una manera más sutil de comportarnos como tiranos con el niño, sería la plantear exigencias constantes, para que así en cuanto cumpla una orden esté recibiendo la siguiente.

Si estas órdenes son además imposibles de cumplir por la edad del niño o por sus capacidades, mucho mejor (por ejemplo: exigirle a un niño de 3 años que además de obedecer lo haga siempre a la primera).

Añade también órdenes contradictorias, inesperadas y caprichosas que hagan impredecible tu conducta.

Si al final tu hijo consigue lo que quiere, ¡sería el broche de oro!

6. Si al final tu hijo consigue lo que quiere, ¡sería el broche de oro!

Si tu hijo, en caso de que no pueda conseguir lo que quiera (esperemos que no, ¡acuérdate que está prohibido decirle que no!) trata de pegarte o darte una patada, aguanta, sabemos que es difícil pero aguanta con paciencia y trata de explicarle por qué no debe hacerlo. Si al final tu hijo consiguiese lo que quiere, ¡sería el broche de oro! Habrás conseguido enseñarle una importante lección para su futuro como tirano, que la violencia funciona (aunque sea a pequeña e infantil escala).

Hasta aquí la entrada de hoy. Continuaremos explicando pequeñas recetas para conseguir que nuestro hijo sea un verdadero tirano. Recordad hay que ser constantes en su aplicación e intentar utilizar cuantas más mejor.